Diseños geométricos que se repiten según un patrón original y único, detalles florales, colores intensos o combinaciones en blanco y negro. Así son los suelos hidráulicos, una herencia del pasado más actual que nunca. Se reinterpretan para brindarte mil opciones de revestimiento con sabor vintage.
Las baldosas hidráulicas son una tendencia en auge en el mundo del interiorismo actualmente. No obstante, no es una idea decorativa nueva ni mucho menos. Sus inicios se remontan a mediados del siglo XIX cuando surgió en Francia este tipo de mosaicos como alternativa a los pavimentos de mármol.
Desde entonces adornó los suelos de muchos hogares, hasta que con la década de los 60 llegó su declive.
Pero las modas siempre vuelven con el paso del tiempo y ahora las baldosas hidráulicas viven otro momento de esplendor. Destacan por su gran colorido y el dinamismo y el carácter que imprimen a las superficies donde se instalan.
Se convierten en un recurso perfecto a la hora de delimitar espacios. Utilízalas para delimitar visualmente zonas, como cuando la cocina se integra en el salón. Puedes, por ejemplo, pavimentar la zona de estar con un revestimiento de madera o que imite el acabado y poner un suelo hidráulico en el comedor como si de una alfombra se tratase. O enmarcar el suelo con una cenefa de baldosas hidráulicas. Si apuestas por la sencillez, en lugar de ponerlas en todo el espacio, resérvalas para zonas concretas y te ayudarán a realzar la decoración. Y si son infalibles combinadas con la madera, también resultan perfectas con otros materiales como gres o microcemento. Juega con los diseños y los materiales para crear suelos espectaculares a tu medida.